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Getting Simpatica Ready June 29, 2005 english

Posted by Belle in : New Zeland To Indonesia , trackback

Unos meses antes de que naciera Theo, decidimos que la mejor manera de lograr continuar nuestro viaje sin que fuera demasiado tarde en términos de la estación, como habí­amos empezado en Miami, serí­a que Wences se fuera con el barco a fin de junio, y Liz, Dio, Theo y yo los alcanzarí­amos un par de semanas más tarde. Nos preocupaba la reputación de Indonesia de atraer piratas, así­ que Wences encontró un rally que va de Darwin, en Australia, a Bali, una vez por año, que parecí­a encajar en el marco de tiempo justo para nosotros . La única dificultad serí­a llegar a Darwin. Salvo que Wences se fuera enseguida después del nacimiento del bebe, no habrí­a forma de hacerlo de manera tranquila. Además, tampoco habí­a garantí­a de que el barco estuviese pronto para esa fecha. Wences decidió navegar directo a Darwin para ahorrar tiempo. La mayorí­a de la gente pensaba que Wences estaba loco o que iba a cambiar de opinión enseguida de salir navegando y pararí­a en Nueva Caledonia o algún lugar así­. No lo conocen.

Las semanas siguientes al nacimiento de Theo, Wences, Liz y David dedicaron la mayor parte de sus energí­as a preparar el Simpatica para navegar. Como Liz se iba a quedar conmigo, le habí­amos pedido a un amigo nuestro de Miami, Ricardo, que viniese a navegar el pasaje con Wences y David. Ricardo es un verdadero navegante. Tiene dos barcos en Miami, vive en un barco, hace entregas de barcos todo el tiempo, y hace años que navega. No hay mucha gente con la que uno pueda imaginarse estar atrapado en un barco durante semanas sin querer abofetearlos un par de veces por lo menos. Ricardo es una excepción. Tiene una manera de ser tan gentil y amable. No podí­a imaginarme un mejor miembro de la tripulación.

En cuanto llegó Ricardo, Wences lo puso a trabajar. Wences se habí­a aplicado mucho a tener pronto el Simpatica. Durante meses habí­a estado arreglando y agregando cosas. Un nuevo generador, un aparato para hacer agua, el aire acondicionado, algo de carpinterí­a, instrumentos de navegación. El Simpática insumió tanto trabajo. Unos dí­as antes de su partida proyectada se rompió el generador. Intentaron de todo para hacerlo andar, pero nada funcionó. Postergaron su partida unos dí­as con la esperanza de tener mejor suerte con el generador y también con el tiempo. Después de las 6 de la tarde, Wences, David y Ricardo salieron rumbo a Darwin en el Simpática. Liz y yo volvimos al apartamento, sabiendo que tení­amos un largo mes por delante sin nuestros maridos.

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